Bicentenario de la Anexión: Dos edificios guanacastecos recibieron el emblema Escudo Azul de parte de Unesco
- Escudo Azul se colocó en templo de San Blas y Museo Regional de Guanacaste
San José, 15 de julio de 2024. Dos icónicos edificios guanacastecos, ambos declarados patrimonio histórico-arquitectónico del país, recibieron el pasado viernes 12 de julio el emblema Escudo Azul en el marco de las celebraciones del 200 aniversario de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.
Se trata del templo de San Blas, en Nicoya, así como el Museo Regional de Guanacaste, antigua Comandancia de Plaza, ubicada en Liberia.
El Escudo Azul es un símbolo que identifica edificaciones como bienes patrimoniales, de relevancia cultural para una nación, con el fin de brindar protección especial en caso de conflicto armado, desastre natural o bien sea causado por el hombre. Simboliza el compromiso de brindar una especial protección a aquellos bienes que jerárquicamente representan para el país que los ostenta una identidad y una historia en común.
A nivel mundial su objetivo es proteger en situaciones de emergencia al patrimonio cultural, como: museos, monumentos, sitios arqueológicos, archivos, bibliotecas, áreas naturales, patrimonio inmaterial, etc; es decir, cualquier violación ocasionada a un patrimonio protegido con este emblema, es objeto de persecución penal internacional.
El emblema se originó a raíz de los cambios en Derecho Internacional sobre patrimonio tangible e intangible, a saber: la Convención de La Haya para la protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado en 1954, ratificada por Costa Rica en 1998. Según lo dispuso esta convención, el emblema lo otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en nuestro caso, mediante la Comisión Costarricense de Derecho Internacional Humanitario.
Costa Rica, como país comprometido con la paz y con la defensa y promoción de los derechos humanos, promueve normas e instrumentos que garanticen el respeto, la difusión y la aplicación del Derecho Internacional Humanitario a través de la Comisión Costarricense de Derecho Internacional Humanitario, integrada por 16 instituciones nacionales, entre las que está el Ministerio de Cultura y Juventud, parte activa de la Subcomisión de Protección de Bienes Materiales.
La entrega y develación del emblema Escudo Azul en estas y anteriormente en otras 20 edificaciones del país, es resultado del trabajo conjunto de las distintas instituciones y organizaciones que conforman esta comisión presidida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Propiamente el acto de entrega del distintivo lo coordina el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Dirección de Patrimonio Cultural, instancia que también resguarda los expedientes de cada edificio identificado con este emblema.
En las actividades del pasado 12 de julio, participó, por parte del Ministerio de Cultura y Juventud, Vera Beatriz Vargas León, viceministra de Cultura; Yosmar Castellano Bracho, subgerente administrativa de la Cruz Roja Costarricense; así como los alcaldes, en su respectivo cantón: José Javier Calvo Darcia, alcalde de Liberia y Carlos Armando Martínez, alcalde de Nicoya. En Nicoya se contó con la embajadora Eugenia Gutiérrez, directora general alterna de Política Exterior y presidenta de la Comisión Costarricense de Derecho Internacional Humanitario; además, en los eventos, participaron autoridades de las municipalidades involucradas, del Museo Regional de Guanacaste, la parroquia de Nicoya y miembros de la comunidad-
Histórico templo de San Blas de Nicoya. A lo largo de los años los terremotos en la zona de nicoya han sido el principal enemigo del templo de San Blas, afectado varias veces por estos acontecimientos telúricos desde su construcción bajo la Orden Franciscana en 1644. Ese primer templo fue destruido completamente en 1826.
La existente ermita de San Blas es una construcción en calicanto y techo entejado cuya construcción se levantó luego de ese terremoto, en la primera mitad del siglo XIX, resguardando las técnicas y estética del periodo colonial. Orgullosamente constituye uno de los templos más antiguos del país, de gran valor no solo para nicoyanos y guanacastecos, sino para toda la comunidad nacional.
Su rehabilitación después del último terremoto que lo afectó en 2012 incluyó tres etapas de reforzamiento estructural con una novedosa técnica de instalación de fibras de carbono. La última de estas etapas finalizó hace 5 años, en julio de 2019, justamente para celebrar la Anexión del Partido de Nicoya, efeméride tan significativa para los guanacastecos en particular y los costarricenses, en general.
Esa restauración que se extendió de 2013 a 2019, trajo interesantes sorpresas. Durante las tareas preliminares de investigación arqueológica encontraron diferentes objetos, algunos de tipo cerámico, así como cuerpos enterrados, según fue la tradición en la Colonia. También, se descubrió los cimientos del templo de 1644, por lo que se optó por dejar dos ventanas arqueológicas para que el público visitante pueda observar los vestigios de cuatro siglos: los cimientos de 1644 (siglo XVII), la huella de un incendio sufrido a finales del siglo XVIII -donde se perdió valiosísima documentación-, la construcción actual de mediados del siglo XIX y la anterior restauración realizada entre 1990 y 1994 (siglo XX).
La inversión total del Ministerio de Cultura y Juventud en la antigua iglesia de Nicoya fue de ¢670 millones de colones, de modo que la querida ermita hoy sigue siendo el epicentro de la ciudad de Nicoya, de sus fiestas patronales en honor a San Blas cada 3 de febrero y de las de Nuestra Señorita La Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre; de alegres mascaradas, juegos de pólvora, procesiones católicas de Semana Santa y un sinnúmero de festividades y tradiciones que la han convertido en ícono de la comunidad y de Costa Rica, un valioso patrimonio histórico-arquitectónico que perdurará por muchos años más.
Antigua Comandancia de Plaza de Liberia. La ciudad de Liberia ha jugado un importante papel a lo largo de la historia del país, dada su cercanía a la frontera norte. Desde el punto de vista comercial, su papel es relevante en razón de estar en la ruta terrestre hacia Nicaragua y el resto de Centroamérica, pero, además, ha sido de importancia estratégica-militar por su cercanía con la nación vecina.
Para la década de 1930 las directrices en materia militar se orientaron a construir un cuartel en Liberia que reuniera mejores condiciones de seguridad para la zona norte, a propósito de la lejanía de Guanacaste respecto al Valle Central, los malos caminos existentes en la época y la inestabilidad política de Nicaragua.
El diseño del edificio de la Comandancia de Plaza de Liberia se le encomendó al arquitecto costarricense José María Barrantes y la responsabilidad de su construcción recayó en el ingeniero Max Effinger, director general de Obras Públicas. Arquitectónicamente, la edificación es una de las construcciones más sobresalientes de la ciudad no solo por su volumetría, sino porque es un referente del paisaje urbano de Liberia que también representa un elemento de su identidad cultural.
Para su edificación, el gobierno de Ricardo Jiménez Oreamuno (1932-1936) recurrió a las fuentes de información militar más actualizadas, de modo que, fuera una edificación de hermosa e imponente apariencia, a la vez que cumpliera, sin ostentación, con su finalidad como baluarte de la seguridad interior del país. Además, se le dotó de todas las armas defensivas que su misma estructura demandó. La construcción concluyó en el gobierno de León Cortés Castro (1936-1940) con un costo total de 840 mil colones.
Actualmente la antigua Comandancia de Plaza ya no tiene la función para la que fue construida y en su lugar se ubica el Museo Regional de Guanacaste, un sitio destinado a promover la cultura que es administrado por la Municipalidad de Liberia.
Producción de la Dirección de Patrimonio Cultural – MCJ. Lizeth López
Reproducción y adaptación | Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 153 / FEM / 15-07-2024