“Me siento confiado de que escogí un camino en el que estoy satisfecho”, William Retana Premio Nacional de Danza 2020
San José, 25 de mayo de 2021. En enero de 2021, el Ministerio de Cultura y Juventud anunció los galardonados a los Premios Nacionales de Cultura 2020, que contemplan el Premio Nacional de Danza al Mejor Intérprete, que en esta oportunidad recayó en el joven que encarnó la coreografía “Sujeto de una constante”; un reconocimiento al trabajo independiente nacional.
En aquel fallo, el jurado expresó que dicha pieza coreográfica mostró a un bailarín que, con dedicación y vehemencia, “ha aprendido a depurar las posibilidades y particularidades del movimiento en su cuerpo, y las utiliza sensiblemente en una obra sutil y mesurada, que no deja de sorprender en su desenvolvimiento”.
Además, agregó el jurado, que “es notable el cuido del detalle y la limpieza técnica en este sugerente monólogo de movimiento, que apunta también al temple, la curiosidad investigativa y la constancia de su intérprete-creador”.
Aquel bailarín es el joven William Retana Alfaro, un escazuceño que lleva el movimiento en sus venas desde pequeño, y que, con este premio, logró terminar de convencer a sus padres de que dedicarse al arte y a la cultura, vale la pena y rinde frutos; esos que hoy lo mantienen activo en su labor, en medio de una pandemia que lo ha dejado desempleado.
Retana incursionó en la danza desde los ocho años de edad, cuando por cuestiones del destino, coincidió en una audición de ballet en la que no estaba convocado, pero, debido a sus movimientos espontáneos y sus expresiones, logró obtener un espacio, lo que significó una gran satisfacción personal, pero al mismo tiempo, el comienzo en una constante lucha contra prejuicios y, algunas veces, rechazo.
A pocos días de la entrega de los Premios Nacionales de Cultura 2020, la Unidad de Comunicación del Ministerio de Cultura y Juventud conversó con William Retana Alfaro, Premio Nacional de Danza a Mejor Interprete 2020, para conocer más de su trayectoria, su inspiración y sus anhelos, y el significado que este galardón otorga a su vida y su carrera. A continuación, un | extracto de la entrevista:
¿Cómo se inició William Retana en la danza?
Acompañé a mi prima a una audición de ballet. Me quedé viendo por fuera la audición de las niñas, y, en algún momento determinado, no sé por qué, empecé a hacer la audición con mi uniforme de escuela, con aquellos zapatos grandotes y un pantalón que no me permitía muchas flexiones. Las profesoras, al ver aquello, se me acercaron y se interesaron demasiado; inmediatamente me dijeron que si quería entrar, que si quería ingresar, y así fue.
Tenía 8 años, estaba en segundo grado. Fue algo muy espontáneo, como una casualidad. Mi prima al final no pasó la prueba de ballet, y yo sí entré. Allí me quedé. Tal vez ahora veo aquel momento como un acercamiento bastante inocente con la danza; me gustó en un punto determinado de mi infancia, y aquí estoy, muchos años después, haciendo danza.
Después de eso, vinieron un montón de cosas más, como la desaprobación de mis padres, porque en ese tiempo no era muy común ver a niños haciendo danza, sobre todo en mi familia que era un tanto machista, en el sentido de que pensaban que los hombres no deberían bailar, entonces, se vinieron una serie de complicaciones respecto a ese tema, y desde allí inició la lucha en la danza.
¿Cómo surge la creación de la pieza “Sujeto de una constante”?
Surge a partir de la necesidad de bailar en cuarentena -debido a la pandemia de COVID19-; en buscar espacios, en no soltar, en simplemente aferrarse a la idea de poder continuar bailando, y pues, de ahí nace, como esa necesidad de seguirme moviéndome, y esa es la constante, la necesidad de seguirme moviendo.
Me gusta que las obras sean interpretadas por el público, independientemente de los sentimientos que la gente quiera percibir; no tengo una fijación acerca de una temática en particular; sin embargo, me gusta evidenciarle a las personas que se puede hacer -danza-; es, más bien, una lucha por inspirar a la gente a crear, a estar activo en los espacios; ese es mi principal objetivo cuando creo una coreografía y es eso, me gusta que la gente pueda gestionar y seguir activando espacios.
¿Qué representa este premio en tu carrera?
Es un poco como reconocer el trabajo que he venido haciendo, lo que he hecho es entregarme a esta profesión sin importar qué… y es eso. Es muy gratificante leer que hay personas que notan que uno ha entregado mucho tiempo a esta carrera y, más bien, un premio así, genera en mí un sentido de responsabilidad por apostar a que mis trabajos sean cada vez de mayor calidad.
Para mí representa más responsabilidad como artista…. No creo que mucha gente se dé cuenta de este premio, pero dentro del gremio, te da cierta responsabilidad como artista, como ejecutante, por ser más cuidadoso con mi trabajo, por investigar más, depurar más. Es un premio que te brinda un aporte monetario que representa un impulso; gracias a este premio, quizás hoy puedo ir a pagar un salón para ensayar sin tener que buscar un trabajo en un call center o en un restaurante. Es un premio que me permite hacer esto por algún tiempo, además, me da la posibilidad de invertir en mi carrera. Para mí, este premio significa mucho agradecimiento y responsabilidad; puedo resumirlo en esas dos palabras.
¿De qué manera la danza te ha permitido sensibilizar a tu familia?
Después de aquella audición, a los ocho años, a la semana siguiente, cuando fui donde mi mamá a decirle que necesitaba comprar zapatillas de ballet, ella respondió muy sorprendida; para ella fue lo peor. Sin embargo, también ha sido bonito, porque desde ese momento, constantemente, he trabajado para que mi mamá y mi familia cambie mucho su parecer, respecto a la danza y las artes.
Esa labor constante inició con aquellas clases de ballet, después con mi sexualidad, luego con mi carrera profesional y en lo que quería dedicarme, entonces, siento que, desde ese momento, siempre les he dado a mis papás y a mi familia esa chispa de cuestionarse lo que realmente creen. Siempre lo he tomado como algo muy valioso, que me ha permitido generar cambios en mi vida, gracias a que me cuestiono constantemente aquello en lo que creo, en lo que hago, en mis coreografías, en mis clases, en mi entrenamiento, en lo que escribo, lo que estudio; entonces, creo que eso me ha dado mucha fortaleza para seguir bailando.
¿Enfrentarse al machismo es una constante en la carrera de un bailarín?
Empezando con mi familia… explicarle a mi mamá que la danza sí era un camino, que no necesariamente era solo para mujeres; además, lidiar en esas edades tempranas con el bullying de mis compañeros hombres, que me decían marica, playo, y que eso, en un chico de ocho años, sí puede llegar a ocasionar temores y confusiones. Crecer con eso no es agradable; que te estén recordando a cada rato que sos maricón porque bailás ballet es bastante fuerte.
En mi generación, y en mi caso, fue bastante común el rechazo por hacer ballet; de hecho, quizás a raíz de eso, nunca pude establecer una relación amistosa con algún compañero masculino, porque les tenía miedo y no me sentía en la confianza de acercarme a ellos, porque sabía que, de alguna manera u otra, me iban a juzgar porque hacía danza. Luego de eso, ya en la universidad, de repente, se vuelve como un tema de micro machismos, durante la carrera, donde existen comentarios inconscientes como “no bailés como una mujer, porque eso le toca a las mujeres. Vos tenés que bailar como hombre”. Entonces, es importante enfrentarse a ese tipo de comentarios, cuestionárselos y no creerlos.
Es un tema complejo y como sociedad, tenemos una enorme oportunidad de cambiar bastante en cuanto a la percepción del machismo, porque, si no avanzamos con eso, no vamos a poder avanzar culturalmente.
¿Cuál es la reacción de tu mamá hoy, después de que recibiste este premio?
Para mí fue una tranquilidad enorme, porque permitió a mis papás aceptar que soy bailarín, por fin. Lo lograron aceptar; mi lucha de decirle a mis papás de que esto sí vale le pena, dio frutos. Desde que recibí este premio, definitivamente mis papás cambiaron su perspectiva de lo que significa dedicarse al arte. Me siento muy satisfecho porque, finalmente, comprendieron que dedicarse al arte no es una pérdida de tiempo.
¿Qué le decís a los niños y jóvenes que quieren incursionar en el arte? ¿Cómo motivarles?
Desde 2020, con la llegada de la pandemia, a la actualidad, he pasado por momentos en que siento que no quiero dedicarme más a la danza porque, literalmente, hay días en que no tengo dinero ni para un bus… entonces me cuestiono ¿Mae, realmente vale la pena estarse sacrificando simplemente por el hecho de bailar? Y siempre llego a la misma conclusión: vos escogiste la profesión desde hace mucho, y ya asumiste el reto y, pues, si alguna persona joven, a punto de salir del colegio, quiere dedicarse al arte o a la danza en particular, los insto a hacerlo, sabiendo que es una carrera muy dura, en la que hay que pasar por muchas situaciones para entenderla.
Alentar a la gente que, si se quiere adentrar en la danza, debe comprometerse mucho y que van a haber altos y bajos en esa carrera, como en cualquier otra, como en medicina, administración o arte. Lo más importante es que la gente sienta la pulsión y la necesidad de dedicarse a la danza, que es lo que realmente a mí me tienen a flote; esa necesidad de seguirme moviendo y expresarme a través de mi cuerpo y esa necesidad de estar desarrollándome, como humano y como persona, a través de la danza… creo que, para mí, eso es lo más importante y lo más alentador, a mí la danza me llena y me genera confort. Cada vez que me pongo en un escenario, así sea bonita o no la coreografía, le guste a la gente o no, personalmente, me siento muy bien sobre el escenario, y eso es lo principal y lo que nunca quiero perder, esas ganas de estar allí, mostrando a la gente lo que comunico con mi cuerpo, sin necesidad de usar palabras ni textos para expresarme. Por eso, insto a las personas jóvenes a que, simplemente, se dejen llevar por la pasión de la danza, y que se dejen llevar por la montaña rusa que es; es difícil para mí dar, en este momento, un mensaje de apoyo, cuando estoy luchando para no dejarlo.
¿La pandemia ha venido a cuestionarte seguir con la danza?
Antes de la cuarentena, trabajaba en la Compañía Nacional de Danza y como bartender en un espacio, entonces, me podía mantener bien; vivía del arte. La cuarentena vino a generar un cambio de 180 grados en mi vida, literalmente pasé de tener trabajo, a no tener ningún ingreso, ya que, por decisiones administrativas y presupuestarias, cesaron mi contrato y pasé a ver cómo pulsearla. Sin embargo, también trajo cosas positivas, como un tiempo de reflexión que, sin trabajo, me hizo entender que mi relación con la danza existe en las buenas y en las malas; no solo cuando estoy bien, estoy bailando, sino que también, cuando no estoy pasando por mis mejores momentos, también estoy bailando. Me siento confiado de que escogí un camino en el que estoy satisfecho.
He visto mucha gente cercana y talentosa, decir que ya no quieren dedicarse a la danza porque dicen sentir que no los está llevando a ningún lado, y es gente que tiene el derecho de decir eso, porque las circunstancias lo ameritan, su vida lo amerita. Si yo no tuviera la red de apoyo que tengo, ni las oportunidades familiares que tengo, ni los privilegios que tengo como persona, como el hecho de poder contar con un techo gracias a mi hermano, de poder aún recibir apoyo económico familiar, alimentación. Sin todos esos privilegios, no podría dedicarme a la danza porque simplemente no tendría el espacio ni el tiempo para hacerlo; porque tendría que ocupar mis espacios de investigación dancística, en trabajar en otras actividades diferentes a la danza. Es muy complejo, porque hay gente que definitivamente no puede contar con esos privilegios, y eso limita que se puedan desarrollar en este arte.
Los Premios Nacionales de Cultura los otorga anualmente el Estado costarricense para reconocer la trayectoria de trabajo, esfuerzo, tenacidad y la excelencia a la que han llegado personas, grupos artístico-culturales, intérpretes populares, así como otras organizaciones de base comunal, en diferentes disciplinas culturales.
Producción – Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 113 / FEM / 25-05-2021