“Ser gestora de cultura es trabajar por el bienestar de las demás personas”, Lorena López, gestora cultural y maestra de danza folclórica
Entrevista con Lorena López Quesada, gestora cultural y maestra de danza folclórica, de San Ramón, Alajuela, en el marco del Día Internacional de la Mujer 2021
San José, 03 de marzo de 2021. En el cantón de San Ramón, cuando alguien nombra a Lorena López, aparece la imagen colorida de las largas enaguas de folclor, suena a lo lejos la alegría de un festejo campesino, huele a café, a tortilla y a dulce, y hasta se puede llegar a escuchar una marimba.
Lorena López Quesada es una mujer libre, su vida ha estado ligada siempre al arte, al folclor y a la cultura popular y su ambición no es otra: “sentirme plena y feliz; y hacer que otras personas también se sientan felices”.
Actualmente, es la directora del Grupo Folclórico Yumbaruti, y de la Compañía Folclórica Cosecha de Oro Fino, de San Ramón, cantón de Alajuela. Además, ha trabajado con personas con discapacidad en el Centro de Atención Integral para Personas con Discapacidad El Sol Brilla para Todos, e imparte un taller de danza folclórica costarricense, como voluntaria, en el Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer (CCHJFF).
La Lorena López de hoy, inició como bailarina y se convirtió en una reconocida gestora cultural en la comunidad, que asegura que su trabajo en el campo de la cultura le ha permitido crecer como persona, madre, esposa, hija, e incluso como integrante de una comunidad que, aunque no es la que la vio nacer, le acogió el día que decidió formar su propia familia.
“Crecí viendo de cerca cómo se mueve la cultura, sin que se piense que es cultura”
Su trabajo en cultura ha sido desde todos los ámbitos. En la primaria era quien representaba los guiones, escritos por sus padres, para actividades escolares; de joven trabajó en el ámbito de la educación, donde se encargó de compartir su amor y su interés por la cultura a estudiantes y colegas.
Después, pasó a ser bailarina en grupos de personas adultas y de mujeres, que se formaron en la comunidad, para posteriormente encargarse de promover estas agrupaciones en las que, además de bailar y difundir el folclor, ayuda a personas adultas, niños, niñas y jóvenes a crecer personalmente, a vencer retos y miedos; a que se sientan personas orgullosas de lo que son y de lo que pueden lograr.
“A veces nosotros desperdiciamos la vida en pequeñeces, pudiendo hacer cosas que nos identifiquen”
Para López, la cultura es un eje transversal de la vida. Ella no lleva cuenta de lo que ha sido su aporte o su trabajo en esta área, sino en dirección inversa: lo que ser trabajadora de la cultura le ha dejado a su vida.
“Como esposa, me sirvió para darme mi lugar; como madre, me ayudó a darle calidad de vida a mis hijos que tienen una madre feliz; como persona, me ha dado la posibilidad de hacer algo para mí… sentirme plena y feliz; y como parte de una sociedad, la oportunidad de hacer que otras personas también lo logren”, afirmó.
“Este año la pandemia nos ha enseñado que no es teniendo como se sale adelante”
“Trascender; no quedárselo; hacer que otras personas también lo logren; hacer las cosas bien hechas y enseñarles a otras personas a que lo hagan mejor”; esas son frases que doña Lorena repite sin cansancio y que dibujan muy bien la personalidad de esta sancarleña que ha dedicado su vida a contagiar amor por el folclor.
Dedicación y perseverancia la llevaron incluso fuera de las fronteras nacionales, a representar al país en México, junto a sus compañeras de Yumbaruti.
Para ella, trabajar en cultura ha sido una oportunidad de brindarles herramientas para la vida a otras personas; para ayudar a edificar no grandes centros o ciudades, sino personas. “Es peligroso dejar de hacer lo que nos ayuda a crecer y a sentirnos bien”, expresó López con decisión, cuando se refirió al estilo de vida actual. “Lo que dejamos de hacer hoy será una necesidad mañana”; para ella, el bienestar integral de las personas pasa por la necesidad de comprender quiénes somos y de dónde venimos, razón por la cual ha dedicado su vida a trabajar en el campo del folclor, la mayoría de las veces como voluntaria.
“Aquí no gano otra cosa más que, un día, echarme para atrás y ver que otros continuaron y lograron lo que yo quería hacer”
El trabajo con personas con discapacidad es la muestra más evidente, para ella, del poder de lo que hace. “Yo lo hacía por amor, porque veía el cambio en estas personas. Eran otros, chicos y chicas que tenían limitaciones de comunicación, por discapacidad o por temores, y lograron vencer eso, y hubo muchos que incluso empezaron a hablar más claramente… Yo digo que gracias a que, primero, es llegar al alma; llegar a las emociones. Las emociones son las que hacen que las personas cambien, porque cuando a usted le vibran adentro las emociones de la alegría, transforma cualquier cosa”, indicó.
“Al empezar con estas personas, hace años, cambió mi vida completamente porque, de estar en una zona de confort, con personas que entendían con facilidad, con las que era muy fácil la interrelación, a buscar técnicas o mecanismos para poder hacer que estas personas salieran de sus mundos llenos de limitaciones o de miedos, y empezar a ver que sí se podía y que era nada más de tenerles amor...Para ellos y ellas es fácil cuando se les dice: usted puede.. y llegar a ganar un festival folclórico fue toda una alegría”, afirmó esta maestra folclorista.
“Disfruto lo que hago y por eso hago también que otras personas se emocionen”
“Mi trabajo es introducción a la motivación del arte de la danza folclórica, para que las personas lleven esto a sus familias. Si logro que otras personas lo valoren, continúen y lo hagan mejor, me puedo morir tranquila. No soy la única, ni voy a ser la única; detrás de mí vienen muchos y paralelamente en la vida mía hay muchas mujeres que lo hacen”, concluyó López.
Producción – Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer
Reproducción y adaptación | Oficina de Prensa - MCJ / Consecutivo 043 / FEM / 03-03-2021