Prosa nacional reflexiona acerca de la humanidad y sociedad
San José, 07 de febrero de 2020. Con temáticas sociales sensibles que abordan desde la diversidad de género, la prostitución, el acceso a posibilidades de crecimiento personal hasta la analogía de la percepción del mundo y su declive a partir de una famosa fotografía, fueron parte de los temas que abordaron dos de las obras acreedoras del Premio Nacional Aquileo J. Echeverria de Literatura 2019.
Con la intención de generar espacios para discutir sobre temas presentes en la sociedad actual, los autores Guillermo Fernández y Camila Schumacher, utilizaron su pluma para dar vida a dos obras que buscan acercar a sus lectores a la reflexión, el análisis e incluso concienciar acerca del poder que cada persona posee para hacer de la sociedad, un espacio más inclusivo y humanitario para las futuras generaciones.
Acercamiento a realidades distintas. “Atrevidas: relatos polifónicos de mujeres trans”, el cuento escrito por Camila Schumacher, retrata la difícil realidad de las mujeres transgénero y sus diversas situaciones personales, económicas, familiares y en el entorno de una sociedad aún conservadora, respecto a temas como la inclinación sexual y diversidad de género.
En noviembre de 2014, durante el II Encuentro Centroamericano de Mujeres en las Artes Escénicas, organizado por el MCJ, el Teatro Popular Melico Salazar y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), la escritora quien trabajaba como comunicadora durante el encuentro, conoció a Dayana Fernandez, la presidenta de la Fundación Transvida, quien participaba como una de las ponentes de la actividad.
Posterior a este encuentro, Schumacher se involucró con la Fundación Transvida y junto a Fernández, desarrollaron la iniciativa “De las calles a las aulas: un camino posible”.
Dicho proyecto se convirtió en un espacio de oportunidades para que las mujeres trans pudieran retomar sus estudios de primaria y secundaria, y así, a través de la educación, acceder a mejores oportunidades laborales y de crecimiento personal.
Producto de este acercamiento de Schumacher como docente, las mujeres poco a poco le confiaron sus historias inéditas: luchas, sueños y anhelos que cada una de ellas tenía. Esto sirvió de inspiración para la autora quien postuló la idea de crear un libro basado en esas historias. Fue así como participó y posteriormente ganó una de las becas de fomento literario que otorgó el Colegio de Costa Rica del Ministerio de Cultura y Juventud, en 2018.
“Uno de los valores más importantes del libro es que ha servido para que las mismas mujeres trans puedan reconocerse en una historia, que el libro existe y habla de ellas y sus historias que van desde lo desgarrador hasta el humor. Es un libro auténtico”, destacó Schumacher.
La autora comentó que el libro fue postulado por los estudiantes de la Escuela de Filología de la Universidad de Costa Rica, quienes posterior a una lectura del libro en un curso, consideraron que era idóneo para Premios Nacionales y pidieron su permiso para dicha postulación.
“El día del anuncio yo estaba algo desconectada del tema por la ansiedad y por mi trabajo no tenía acceso al celular. Pero luego cuando revisé el teléfono vi más de 42 notificaciones enseguida que me di cuenta, llamé a Transvida y les di la noticia. Les agradecí la confianza y este Premio. Aunque el libro lo escribí yo, ellas lo viven o sobreviven todos los días y la esperanza es que todavía quienes no han descubierto su personalidad como trans, puedan tener una historia distinta”, enfatizó Schumacher.
Para la autora uno de los mayores aprendizajes que le ha dejado tanto su trabajo con la Fundación, como la creación del libro, ha sido el contacto con las mujeres trans quienes le enseñaron que “uno tiene que estar orgulloso de ser quien es y los logros que ha tenido en la vida.
Imágenes para reflexionar. Para Guillermo Fernández, el escribir más allá de su profesión, es una pasión que surgió en sus años de juventud motivado por el mundo de la narrativa que le mostraron autores como Edgar Allan Poe y Antón Chéjov, quienes despertaron en él una pasión que trascendió y lo hizo convertirse en escritor.
Este autor costarricense, ganador del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Literatura en la categoría de poesía (1997) y cuento con la obra “Tu nombre será borrado” en 2014, nuevamente alcanza este máximo galardón en el género novela por su reciente obra “El ojo del mundo” publicado en marzo de 2019; como resultado de una de las becas otorgadas por el Colegio de Costa Rica, del Ministerio de Cultura y Juventud.
Esta obra que surge de la inquietud del autor acerca del sentimiento y pensamientos que le genera la fotografía “El buitre” del reconocido fotógrafo sudafricano Kevin Carter; retrata una ficción que busca que cada lector pueda hacer su propia reflexión y análisis de esta fotografía; que funge como elemento identificador y base de esta historia, desarrollada por un periodista en la ciudad de Nueva York.
“En 1993 cuando salió a la luz la fotografía del “niño y el buitre”, me sentí interrogado por esa imagen, me parece extraordinaria porque habla mucho de lo que hemos hecho con nuestro planeta y en lo que hemos convertido a la humanidad. Este libro es el proyecto más ambicioso que he realizado en literatura.
La historia de esta novela es una ficción en torno a un periodista de un periódico de Nueva York, quien se obsesiona con esa misma fotografía y desea de manera imperante, entrevistar a Kevin Carter, ahí nace toda la trama.
Las preguntas que se incluyen en la novela son existencialistas, filosóficas, y el propósito en la novela es brindar esos argumentos desde el punto de vista de los mismos protagonistas que son personas que viven sus propios dramas.
“Yo escribo novelas para que la gente se cuestione, proponiéndole temas inquietantes, que intriguen a los lectores. Ofreciéndoles un nivel estético narrativo, trabajando bien la palabra, y que los temas hagan que el lector piense del mismo medio en el que vive”, enfatizó Fernández.
Respecto a lo que representa convertirse en el acreedor de un máximo galardón de literatura por tercera vez, Fernández señala que tiene claro que es un gran honor pero que es cauto con lo que esto representa “esto me satisface mucho, trato de emocionarme, pero también conocer las dimensiones de mis límites y de las exigencias que yo mismo me propongo para seguir avanzando con nuevos proyectos, nuevas temáticas. Es un gran estímulo para un escritor costarricense”, concluyó el autor.
Por su parte, Álvaro Rojas, coordinador del Colegio de Costa Rica resaltó que “para el Colegio de Costa Rica es muy satisfactorio, en este caso, que dos de esos proyectos acreedores de becas, hayan recibido el Premio Aquileo J. Echeverría 2019. Lo que hace este reconocimiento es ratificar la labor del Consejo Asesor y del Colegio de Costa Rica, con su rigurosidad y también, ratifica el trabajo de seguimiento que se le da a cada uno de los becarios”.
Foto 2: Cortesía de Anel Kenjekeeva – Camila Schumacher.