Busto del Dr. Carlos Durán Cartín nuevamente rinde homenaje al Benemérito de la Patria, en antiguo Sanatorio que lleva su nombre
- Nuevo busto, elaborado por Luis Alonso Ramírez, se basó en el original hecho por Juan Ramón Bonilla en la década de 1930
- “Actualmente también nos enfrentamos a una pandemia; sentimos que era el momento apropiado para destacar una figura que puso todo su empeño en sacar adelante al país”, expresó el escultor
Oreamuno, Cartago, 12 de noviembre de 2021. En adelante, los visitantes del antiguo Sanatorio Durán se toparán en la plazoleta con el rostro del fundador de lo que fue, a inicios del siglo pasado, un importante, moderno y autosuficiente centro médico para el tratamiento de las personas enfermas de tuberculosis. Luego del transcurso de al menos cuatro décadas, hoy regresó a su pedestal en el antiguo Sanatorio Durán, una reproducción del busto del Dr. Carlos Durán Cartín, para honrar a quien fuera un adalid de la salud costarricense. La nueva escultura es una réplica del busto original que surgió de las manos y el talento de uno de los mayores escultores costarricenses: Juan Ramón Bonilla (1882-1944).
“En el Sanatorio, que lleva meritoriamente el nombre de ese ilustre ciudadano, Benemérito de la Patria, congresista y expresidente de Costa Rica, lucía un busto en su honor; sin embargo, hace muchos años, cuando ya había caído en desuso como centro médico, ese busto se trasladó a la clínica que lleva su nombre en San José; sin embargo, en la Fundación consideramos que su obra y su memoria no pueden ser relegadas al olvido”, apuntó Sonia Gómez, presidente de la Fundación para la Conservación, Restauración y Puesta en Valor del Conjunto Arquitectónico Antiguo Sanatorio Carlos Durán Cartín (Fundasana Durán).
Desde esta instancia surgió la iniciativa de restituir la escultura al mismo lugar, donde fue colocada en la década de 1930 para honrar a su fundador. Además de Sonia Gómez, quien también es historiadora en el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura y Juventud, en el acto que se realizó en la mañana de este 12 de noviembre, también participaron: Daniel Salas, ministro de Salud; Dennis Portuguez, viceministro administrativo de Cultura y Juventud; Diego Meléndez, director del Centro de Patrimonio; Erick Jiménez, alcalde de Oreamuno; Guido Vargas, secretario general de la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (Upanacional); Carmela Velázquez, descendiente del Dr. Durán y Luis Alonso Ramírez, de la Asociación Nacional de Escultores de Costa Rica (Anesco), quien elaboró la nueva obra.
Según comentó el escultor Ramírez, se partió de dos objetivos; primero, procurar una nueva obra lo más parecida a la de Juan Ramón Bonilla para brindar honor al Dr. Durán en el Sanatorio, y, además, recuperar un espacio como existía, con el busto en el mismo pedestal que aún se conserva y donde estuvo anteriormente la obra de Bonilla. Para realizar el nuevo busto, el escultor y otros miembros de Anesco, frecuentaron la clínica donde se ubica la obra original, durante aproximadamente dos meses. Allí realizaron diferentes registros de la pieza original, registraron medidas, detalles mediante fotografía y dibujos y sacaron moldes de algunas partes. Al final se obtuvo un busto muy similar al original, de 60 cm de alto por 60 cm de largo por 35 cm de profundidad. Está hecho en una mezcla de polímeros y bronce, con un acabado en su superficie de este último material y del cual Ramírez dijo sentirse muy satisfecho por el resultado.
“Hay un sentimiento de gran responsabilidad por ser un proyecto que involucra la obra de un escultor tan destacado en el país como es Juan Ramón Bonilla; también me sentí muy honrado y comprometido para que culminara lo mejor posible y creo que eso se logró”, dijo. Según señaló, Anesco tiene como uno de sus objetivos el rescate de la memoria histórica. La idea es contribuir mediante la escultura a destacar figuras relevantes en esfuerzos conjuntos como este.
El proyecto, que contribuye a la puesta en valor del conjunto arquitectónico del Antiguo Sanatorio Durán, contó con apoyo del Centro de Patrimonio Cultural, así como de Upanacional y el invaluable aporte de Anesco.
“En el caso del Dr. Durán, el impacto que causó su gran aporte a la sociedad costarricense cuando hubo que luchar contra la tuberculosis. Actualmente, también nos enfrentamos a una pandemia, entonces sentimos que era el momento apropiado para destacar una figura que puso todo su empeño en sacar adelante al país, lo que solo con verdadero patriotismo se puede lograr. Eso es lo que sentimos sobre el Dr. Durán”, expresó Ramírez.
Durante el acto de develación de la obra, Daniel Salas, ministro de Salud, expresó: “Este sanatorio en su momento representó justamente esperanza para una enfermedad muy preocupante, una esperanza como lo es hoy talvez la vacuna y todo el conjunto de medidas sanitarias, que siguen siendo medidas muy importantes, porque todavía no hemos salido de esto, pero en algún momento también será parte de la historia. Sé que la tuberculosis no se ha eliminado, pero ya no es ese problema prevalente, tan grave que enfrentó el Dr. Carlos Durán, pero así vendrán nuevos retos como el actual, la historia justamente nos dice eso. Hay que luchar por mejorar la salud en general, el bienestar, estar optimistas, eso es tan o más importante que muchas de las acciones para combatir la enfermedad”, destacó el ministro en referencia al cuido de la salud mental.
El Dr. Durán y el Sanatorio para tratar la tuberculosis
Según investigó la historiadora del Centro de Patrimonio Cultural, Sonia Gómez, en Costa Rica hubo dos situaciones que hicieron que el Dr. Carlos Durán Cartín se diera a la tarea de crear una institución médica que atendiera la tuberculosis: la alta incidencia de esta enfermedad en nuestro país y sus graves y consecuentes resultados que incrementaron los niveles de mortalidad; así como el padecimiento de dicha enfermedad por parte de una de sus hijas.
“De acuerdo con la Dra. Carmela Velázquez, el Dr. Durán y su familia debieron viajar hasta Nueva York en busca de un centro hospitalario para atender la enfermedad de su hija Elena, debido a que en Costa Rica no existían ni instalaciones, ni equipo, ni personal calificado para atenderla. Velásquez supone que durante la estadía de su hija en el Sanatorio Loomis, Durán aprovechó para seguir investigando y estudiando acerca de la enfermedad, para observar lo relacionado con la infraestructura y hasta lo referente a la administración de un sanatorio, conocimientos que luego le sirvieron para la fundar el Sanatorio”, citó la historiadora. Desde que abrió sus puertas en 1918 y por más de 50 años, el Sanatorio Durán prestó los mejores servicios médicos para la atención, tratamiento y cura de la tuberculosis, hasta su cierre en 1973. Fue el único de su tipo en la región centroamericana y del Caribe.
Hoy, el conjunto arquitectónico que lo conforma fue declarado patrimonio histórico-arquitectónico desde 2014 y se encuentra bajo la administración de su propietario: Upanacional.
Producción Centro de Patrimonio Cultural – MCJ. Lizeth López V.
Reproducción – Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 323 / FEM / 12-11-2021