Rolando Trejos Solano, 43 años vistiendo artistas de teatro, danza y cine: “El teatro ha sido mi segunda casa; muchas veces la primera”
San José, 29 de noviembre de 2023. La pasión por el teatro le surgió desde que era muy pequeño; aún recuerda cuando en el Colegio San Luis Gonzaga, en Cartago, los profesores llevaban a sus estudiantes a la capital a ver aquellos montajes teatrales clásicos como: “La comedia de las equivocaciones”, de Shakespeare; “Puerto Limón”, de Joaquín Gutiérrez; “El burgués gentil hombre”, de Molière, entre otras obras que se presentaban en el Teatro Nacional de Costa Rica.
En aquellas giras asistían al teatro estudiantes de muchos colegios de todo el país, por lo que a su grupo le tocaba abrirse espacio en el conocido “gallinero”, que técnicamente es la zona de asientos denominada como Galería, ubicada en el tercer piso del Teatro Nacional. Sin embargo, allí, “la gente se portaba mal y no dejaba poner atención”, explicó; fue entonces cuando aprendió a ingeniárselas para meterse por unas escaleras secretas que encontró, por las que bajaba hasta llegar al área de Platea, que se ubica en los laterales del primer piso, donde podía observar la puesta en escena en todo su esplendor. Desde ese lugar, oculto, apreciaba la majestuosidad de aquellas obras y terminaba enamorado de cada una de ellas.
A pesar de su pasión por las artes escénicas, su familia no apoyaba la idea de que se dedicara a esto profesionalmente, fue así como comenzó sus estudios en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional; pero la “espinita” por el teatro seguía presente, hasta que de repente, un día su padre le dio la oportunidad de decidirse por una de las dos carreras: la que le llenara el corazón de entusiasmo… desde aquel momento “desayuno vestuario, almuerzo vestuario, ceno vestuario, y vivo vestuario”, según él mismo expresó.
Esta es la historia de Rolando Trejos Solano, el reconocido vestuarista costarricense que inició su período de jubilación en junio de 2023, tras dedicar 43 años a las artes escénicas, con participación en montajes de teatro, danza y cine.
En 2016, Trejos fue la primera persona en ganar el Premio Nacional de Teatro, en la categoría de Mejor Diseño de Vestuario; momento en el que el teatro costarricense le reconoció su impecable trabajo durante tantos años: “era la primera vez que tenían la categoría, sentí que fue -otorgado- por mi trayectoria. Fue algo muy bonito, que premiaran mi trabajo; fue muy motivador para mí”, afirmó.
En una reciente entrevista, Trejos brindó detalles que han formado parte fundamental de su vida y de su carrera profesional; además, algunos profesionales de las artes escénicas que trabajaron con él, también compartieron sus recuerdos.
Su camino comenzó, precisamente, cuando su papá le dio el aval para dedicarse al teatro, entonces decidió estudiar en la Escuela de Artes Dramáticas en la Universidad de Costa Rica (UCR), sin saber, que un curso de vestuario lo llevaría a dedicarle su vida a esta profesión.
Su trayectoria en la elaboración de vestuarios dio inicio cuando en sus primeros pasos por la UCR, en el año 1979, la profesora -ahora su amiga-, Maritza “Mara” González, lo invitó a hacer asistencias junto a ella; allí Trejos pasó de diseñar un traje, a ser el encargado de obras completas. “Mara” tuvo la oportunidad de acompañarlo y verlo crecer en todo su camino profesional.
A pesar de ser consciente de las dificultades que se enfrentan en el mundo de las artes, nunca tuvo miedo al elegir su carrera y decidir dedicarse al teatro; por el contrario, según confesó, sentía indecisión por no tener la experiencia suficiente para afrontar trabajos con directores de la talla de Alfredo Catania y Daniel Gallegos, quienes tenían gran trayectoria. Ahora confirma que, quien quiera ser diseñador de vestuario, “tiene que lanzarse”, porque el miedo no lleva a ninguna parte.
En los inicios de su carrera profesional no existía el Internet, ni las redes sociales, por lo cual, para tomar inspiración y conocimiento propio, recurrió a bibliotecas, enciclopedias, libros, revistas y antiguos programas de televisión. Estas herramientas, lo llevaron a reinterpretar y plasmar las ideas en sus diseños.
El escaso presupuesto del que disponía para trabajar como diseñador, hizo que aprendiera a ingeniárselas haciendo uso de la imaginación: reciclar prendas, ir a tiendas de ropa usada, conseguir vestidos y desarmarlos; esos momentos, ahora son parte del increíble arte de elaborar prendas totalmente nuevas, utilizando material viejo.
“Con ‘Mara’ aprendí mucho. Ella era tan creativa; me hacía meter las manos en una palangana y teñir una tela, dos minutos después, sacar y meter otra distinta; así fue como conocí las texturas. Fue una de las cosas que más me impresionaron, las pátinas (envejecer la ropa), los teñidos, encontrar telas; con eso fue con lo que me identifiqué, con la imaginación transportada a algo, eso me fue alimentando el alma y estimulando la imaginación”, comentó Trejos para la publicación “Desde la Escena” (2014).
“Yo me lo llevé a trabajar conmigo, y aprendimos los dos juntos. Él resolvía cualquier cosa; es de esas personas que tenés a la par y si algo sale mal, sabés que vas a estar bien, porque rápido se pone a hacer cosas y a solucionar”, expresó “Mara” González, en una entrevista, en junio de 2023.
“Rolo”, como le dicen sus amigos, recuerda cada obra con mucho aprecio y detalle, pero en especial “Las mujeres sabias” (2001), dirigida por Luis Carlos Vásquez. Esta puesta en escena se volvió en uno de sus trabajos favoritos, debido a la serie de retos que enfrentó; el más grande de ellos: lograr que los actores se vieran como mujeres. “Aquí fue donde me empecé a aventurar con las texturas de forros de muebles, primero porque no había plata -presupuesto-, segundo porque me daba la textura, el color, y el concepto que se quería. La obra fue un éxito, tanto así, que viajamos a Sudamérica con ese montaje”, afirmó Trejos.
En su paso por distintas obras teatrales, se encargó de aportarle vida a cada personaje a través del vestuario. Algunos de sus compañeros, como la actriz María Bonilla y el también diseñador de vestuario, Francisco “Pancho” Alpízar, coincidieron al comentar que, tras tantos años de trabajo y múltiples experiencias, nunca vieron a Trejos quejarse de todo lo que tenía que hacer; al contrario, siempre cumplía con mucha dedicación y amor por su profesión.
Por su parte, Luis Carlos Vásquez, director escénico, define a Trejos como: “una persona muy dinámica, de gran ayuda; además, tiene un gran talento para su trabajo. Rolando es parte de la historia del teatro en nuestro país, sería imposible quitarlo de la historia del teatro de Costa Rica y de la Compañía Nacional de Teatro”.
Durante estos 43 años, dedicó la mayor parte de su vida a la Compañía Nacional de Teatro; pero también trabajó para el Teatro Nacional de Costa Rica, Teatro Popular Melico Salazar, Teatro Vargas Calvo, Teatro Universitario UCR, Teatro de la Universidad Nacional, entre otras compañías.
“Rolo ama el teatro sobre todas las cosas, ama hacer lo que hace, ama diseñar, crear, abrir las puertas al público y que todo esté perfectamente hecho; tiene una honestidad tremenda. Definitivamente, es una de las personas a las que el teatro costarricense le debe mucho; por su conocimiento, su trayectoria, pero, sobre todo, la pasión que le puso día tras día a su trabajo”, expresó Marysela Zamora, productora de cine, artes escénicas y exdirectora de la Compañía Nacional de Teatro (CNT).
Tras tantos años de trayectoria, Trejos ha vivido experiencias buenas y malas, labores que han contribuido tanto en su aprendizaje, como en su crecimiento profesional, además, tuvo la oportunidad de compartir la mayoría de vivencias al lado de personas que aprecia: sus compañeros de la CNT, según él mismo expresó.
“Han sido años de muchas alegrías, muchos sacrificios, muchas lágrimas. Han sido años muy enriquecedores, porque han sido parte de mi oficio, de mi trayectoria, parte de lo que soy en este momento, y no tengo palabras con qué pagar esto”, recalcó Trejos.
A continuación, un extracto de la entrevista realizada por la Unidad de Comunicación del Ministerio de Cultura y Juventud, a “Rolo”, en junio 2023:
¿Qué significa la profesión de vestuarista en su vida?
Significa el oxígeno de cada día, porque he estado al pendiente día a día, noche tras noche, minuto a minuto, de lo que es el teatro; inclusive los sábados y domingos. Me ha generado felicidad, llantos, tristezas, enfurecimientos, pero más que todo, me ha dado alegría; una alegría de hacer las cosas y que salgan bien. No solo para mí, sino, para mis compañeros.
¿Cuál fue el proyecto teatral que considera más retador en estos años?
En 1989, “La tragicomedia El Serenísimo Príncipe don Carlos”, fue producción de la Compañía Nacional de Teatro, dirigida por Luis Carlos Vásquez en toda la parte de espectáculo, y “Lucho” Barahona en la parte de actuación; yo era asistente de vestuario.
Eran más de 40 personas en el escenario, era muy complicado, porque era un montaje de época. El espectáculo era impresionante, pero teníamos muy poco tiempo, fueron ocho semanas de producción, en donde también fui jefe de vestuario; entonces había que coordinar: zapateros, monjas que bordaban, costureras, sastres, artesanos, gente que nos ayudaba con joyas.
Después de las ocho semanas, presentamos el espectáculo y fue un éxito, fue un éxito en el Teatro Nacional de Costa Rica, en Colombia y en los festivales de los que fuimos parte. Las críticas nos alabaron tanto la parte del vestuario, como las actuaciones. Fue un gran reto y una gran experiencia, fue maravilloso compartir con todos los actores, había gente de muy alto rango.
Total y absolutamente el precio te lo paga el aplauso del público ¡No hay como estar ahí! Por ejemplo, a mí no me gusta salir a saludar -al final de la función-, pero ese día me sentía tan emocionado, porque todo el público se puso de pie, yo estaba tras bambalinas, pero, aun así, salí al escenario con prensas y alfileres puestos en toda la ropa.
Le tengo mucho cariño a esa obra, me gustaría seguir haciendo trabajos de esa índole. Creo que el público costarricense se lo merece, la gente del teatro se lo merece, y creo que instituciones como la Compañía Nacional de Teatro, deberían tener ese tipo de proyección, ya que son los que marcan la pauta del teatro en Costa Rica.
¿Qué mensaje le daría al público que ha visto y admira su trabajo todo este tiempo?
Hay una parte muy importante en el teatro, que es el público, y yo les quiero agradecer, porque son la noche tras noche de cada obra. Cuando se entrega un buen trabajo, el público se ve agradecidísimo, y el aplauso que dan al final, es un aplauso que llega, yo lo siento como una gran satisfacción y digo: “¡Cumplimos, se cumplió la meta!”. No solo por mí, lo digo por mis compañeros, actores, el director, la parte técnica, los de logística y la parte administrativa; si todos trabajamos, el agradecimiento se siente al final cuando se cierra el telón.
Especialmente en los estrenos, ahí sabemos si le gusta o no le gusta al público -la obra-; uno sabe cuándo el aplauso es un poquito forzado, con eso yo no quedo satisfecho; quedo satisfecho cuando el aplauso es grande, cuando la gente dice “¡Bravo!”, cuando se levantan de las butacas. Ese momento se lo llevan los actores, pero yo, que estoy detrás, junto con mis compañeros, la felicidad es muy grande. Cuando algunos no están, ahora que existe WhatsApp, uno les cuenta con gran halago: “¡Éxito, fue un éxito; lleno total!”
En el teatro se trabaja para el público, pero también es una retribución para la institución que también trabaja y vive.
Si no tenemos público, no hay teatro; entonces al público: ¡Un aplauso!
¿Se retira del todo o continuaremos viendo trabajos de Rolando Trejos?
Apenas comencé mi jubilación, y ahora estoy de vago. Me quiero dar un tiempo para estar un poco más relajado, más tranquilo, estoy en mi casa muy contento. Ya me salieron tres ofertas para fin de año, las estoy viendo, porque no me quiero comprometer mucho; merezco un poquito de tiempo para descansar, para reencontrarme.
Uno en la jubilación se reencuentra, porque no es nada fácil estar en la casa, y saber que pasabas desde las 8 de la mañana a 10 de la noche -trabajando-, cuando terminaba la función en el teatro; porque para mí, el teatro ha sido mi segunda casa, muchas veces la primera casa.
Me preparé para el retiro, tuve que hacer unos cursos para manejar la parte del desapego; lo llevo bien, si hay más trabajo, yo encantado lo hago. Por el momento, estoy ayudando a unos grupos independientes de Cartago, les doy asesorías, voy con ellos a tiendas de ropa americana, les digo cómo transformar prendas.
Mientras yo pueda y tenga salud, voy a seguir haciendo cosas de teatro.
Después de los más de 40 años sumando amistades, risas, aprendizaje, anécdotas, llanto, alegrías y, sobre todo, trabajo, mucho trabajo; culmina el paso de Rolando Trejos por la Compañía Nacional de Teatro, siempre llenando ese lugar con su arte y amor por cada obra. El vestuarista se jubiló el pasado 1° de junio de 2023. “Me siento muy satisfecho, muy tranquilo, de que di mucho; y si puedo seguir dando, enhorabuena”, concluyó.
Hasta pronto. A lo largo de su carrera, Trejos ha compartido con grandes profesionales: actores, actrices, directores, productores, vestuaristas, diseñadores, entre otras figuras de la historia del teatro costarricense.
Algunas de las personas que han coincidido en algún punto de sus carreras profesionales con él, comentaron que, actualmente, se siente y se nota su ausencia en el teatro; mostraron su sentir por medio de un mensaje de agradecimiento. Estas son algunas de sus palabras:
“Todos tenemos que pensionarnos alguna vez. Estoy muy feliz de que Rolando se pensione, solo espero que no dejés el teatro Rolando, no lo dejés, te necesitamos, te queremos, has hecho un gran aporte al movimiento teatral costarricense y te seguimos necesitando, ahora más que nunca”, expresó la actriz María Bonilla.
“A Rolo le puedo decir, muchísimas gracias. Rolo es esta persona que no solo mostraba su parte profesional, sino, su parte humana. Le agradezco porque cuando uno llega a un lugar nuevo, él te brinda la mano, te da su consejo y su conocimiento ¡Gracias! Me siento sumamente bendecida de haber trabajado con una persona con la ética profesional que él tiene”, mencionó Marysela Zamora, exdirectora de la Compañía Nacional de Teatro.
El vestuarista Rolando Trejos se convirtió en una pieza fundamental para las creaciones de vestuarios y diseños en cada de las obras que presentó con la Compañía Nacional de Teatro. Trejos logró dejar plasmada su esencia en el escenario, por medio de su trabajo y personalidad.
Hoy día, Trejos es uno de los profesionales fundamentales en la historia del teatro costarricense. Con su vocación y entrega, “Rolo”, a pesar de que ya se jubiló, continúa ayudando a quienes van empezando y forjando sus caminos en esta profesión.
Producción – Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 306 / PS-FEM / 17-11-2023