“El tango no solamente es música, es una tradición cultural, literaria, lírica y generacional”, Quinteto Libertango, Premio Nacional de Gestión y Promoción Cultural 2022
San José, 12 de mayo de 2023. Realizar un trabajo destacado en el rescate, recopilación, difusión, edición, investigación e interpretación del tango en Costa Rica, como fenómeno y producto sociocultural, y el impacto de este género en la identidad musical del país, llevó al Quinteto Libertango a convertirse en acreedor del galardón al Premio Nacional de Gestión y Promoción Cultural 2022, que se entregará el próximo 17 de mayo de 2023, en el Teatro Nacional de Costa Rica.
Esta agrupación costarricense integrada por Juan Carlos Martínez (violinista), Fabrizio Barquero (guitarra), Jorge Alvarado Bravo (piano), Mijaíl Mondol (acordeón) y Pedro García (contrabajo), cuenta con 25 años de trayectoria y se ha enfocado en rescatar la riqueza de este ritmo como una expresión cultural que trasciende la música y que ha impactado la historia Latinoamericana y de Costa Rica.
La Unidad de Comunicación el Ministerio de Cultura y Juventud realizó una entrevista al quinteto, en la que participaron tres de sus integrantes: Juan Carlos Martínez, Fabrizio Barquero y Mijaíl Mondol; quienes, a través de un viaje a la nostalgia, por estos 25 años de trayectoria, compartieron los esfuerzos, logros, retos afrontados por el ensamble, a partir de su pasión por compartir la cultura del tango. A continuación, compartimos un extracto de la entrevista e impresiones de los músicos respecto a este reconocimiento.
Amistad y amor por la música. Para conocer la historia de este ensamble es necesario retroceder a la década de los años noventa, cuando tres jóvenes llevan más allá su interés por la música y las artes; en gran parte motivados por la formación educativa y artística recibida en el Conservatorio de Castella.
Esos muchachos eran Juan Carlos Martínez, Jorge Alvarado y Mijaíl Mondol, tres amigos que compartían, además de clases, una afición por la música del compositor argentino Astor Piazzolla; cuya obra musical tuvo un mayor auge en el país posterior a su fallecimiento, en 1992.
A partir de ese particular interés, estos jóvenes decidieron iniciarse en el mundo de la música, y en 1998 formaron un trío musical que interpretaba las obras del argentino; entre ellas, la reconocida “Libertango”
“Comenzamos solo tocando los hits de Piazzolla; por ahí nos nació el deseo de tocar tango. Estuvimos así bastantes años, fuimos a muchos lugares con recursos limitados, en aquel momento, siendo muchachillos recién saliendo del colegio. Nosotros nos hacíamos nuestros propios arreglos, aspecto que hasta la fecha seguimos haciendo; componiendo y creando música desde nuestras herramientas. Muchos años después tuvimos la oportunidad de tener acceso a una gran cantidad de partituras de tangos que ya eran como el Quinteto de Piazzolla; con un formato más completo que integra piano, violín, acordeón, guitarra y contrabajo. Ahí fue cuando decidimos expandirnos y nos convertirnos en un quinteto”, señaló Juan Carlos Martínez, violinista.
Martínez indicó que: “Piazzolla fue quien nos ayudó a acercarnos de mejor forma al tango. ¿En qué sentido? En que este compositor desarrollaba un tango moderno, con la música jazz o bien con las formas del barroco; utilizaba un lenguaje distinto. Es ahí, que también empezamos a interesarnos por otras formas interpretativas del tango a partir de figuras como Carlos Gardel o los grandes clásicos del tango del Río de la Plata.
Posteriormente, la agrupación se transforma en un quinteto, al que se sumaron Fabrizio Barquero y Juan José Gamboa, conformando así el ensamble actual.
Por su parte Mijaíl Mondol, acordeonista, señaló que “desde nuestra creación quisimos desarrollar un grupo que tuviera, primordialmente y predominantemente, un interés cultural. Esa figura y espíritu de ir por un proyecto cultural ético, de difusión y de una enorme necesidad en la identidad costarricense. El Quinteto Libertando no es solo un grupo de músicos, somos también amigos, compañeros entrañables desde una formación del Conservatorio de Castella; que, sin lugar a dudas, fue primordial para mantenernos como grupo, buscando una intención cultural que nos enseñaron desde muy pequeños, figuras importantes en el área de la Cultura como Arnoldo Herrera.
Historia del tango en Costa Rica. Para la agrupación resulta de suma importancia, ser una fuente promotora y gestora de la cultura del tango en el país, principalmente porque, como sus integrantes destacan, el tango es uno de los ritmos musicales con mayor trascendencia en Latinoamérica, y también, en la escena musical costarricense.
Respecto a cómo la agrupación decidió ir más allá de la interpretación musical, Fabrizio Barquero, guitarrista del quinteto, señaló que “con el paso de los años, nos planteamos: ¿Cuál va a ser nuestro aporte? Consideramos que habíamos llegado a un punto donde era importante aportar algo al tango. Sobre todo, porque, de pronto nos invitaban a un festival y, en el mundo hay muchísimas agrupaciones tocando Piazzolla, tango tradicional rioplatense, pero nos pareció interesante poder llegar y decir: nosotros tocamos tango costarricense”
Fue esa inquietud y deseo por develar la trascendencia del tango en el país lo que le permitió al quinteto ahondar en un nuevo campo, y, como señaló Mijaíl Mondol, “Libertango inició con un proyecto de investigación acerca de la cultura de este género en Costa Rica; poco a poco fuimos encontrando un repertorio de partituras que datan desde las dos primeras décadas del siglo XX, más o menos son unos 19 compositores nacionales, que hemos podido localizar y que estuvieron vinculados al desarrollo del tango en el país”.
“Un aspecto que ha caracterizado a Libertango en estos 25 años, es tener una actitud de pensar que la música, la investigación y la interpretación musical son una forma también de investigación histórica. Nos acerca y pone a pensar en este país y esta sociedad, desde múltiples perspectivas culturales, musicales e identitarias que lo han caracterizado”, acotó Mondol
Acerca de la conexión entre la música costarricense y el tango, como parte de la identidad musical del país, Mondol señaló que “este es un género que ha calado desde principios de la modernidad costarricense y que sigue produciendo compositores contemporáneos aquí, en nuestro país. Muchas veces asociamos el tango con Argentina, pero olvidamos que este es un género migrante”.
Para el grupo, era importante que su trabajo generara un aporte cultural, más allá de la interpretación musical de este género. De allí que, desde sus épocas tempranas, el ensamble desarrolló esa labor investigativa, de promoción y gestión cultural por la cual hoy, se convierten en acreedores del Premio Nacional de Gestión y Promoción Cultural 2022.
Para Mijaíl Mondol, es imperativo señalar que “el tango no solamente es música, es toda una tradición cultural, literaria, lírica, generacional y posee muchas formas de interpretar o de percibir lo que es el tango en la sociedad costarricense y latinoamericana. En ese sentido, el quinteto ha procurado no perder de vista que no solamente estamos hablando de música, sino que estamos hablando de una forma cultural, histórica e inclusive ideológica; de pensar en un género que en apariencia no tendría vínculo con la sociedad costarricense, pero entre más avanzamos, más descubrimos la relación que tiene con la sociedad costarricense desde principios del siglo XX.
Aunado a esto, Barquero, guitarrista del quinteto, destacó un punto importante dentro del objetivo de promoción cultural del quinteto: “Al realizar este proceso de investigación, vimos que el tango costarricense era un punto muy importante para explorar y potenciar, ya que prácticamente estaba en el olvido. Ahí fue donde comenzamos a rescatarlo, a darle vida de nuevo, a actualizarlo y así comenzamos con las grabaciones de los discos, la creación y publicación de los libros. Hemos tratado de seguir desarrollando el tango costarricense y manteniéndolo actual”.
Sus investigaciones les han permitido ahondar en la vinculación de compositores de la talla de Julio Fonseca, Alcides Prado, que generalmente que se asociaban con la composición académica, y quienes fueron parte importante en la apertura e ingreso del tango al país a inicios del siglo XX.
“Como dato curioso, el caso de Julio Fonseca, su nombre se vinculaba como compositor de música folclórica. Sin embargo, él es uno de los compositores que más tangos nos dejó en Costa Rica. Lo que nos demuestra el aporte que se generó desde muchos de nuestros artistas al tango como manifestación cultural”, destacó Martínez, violinista del grupo.
En esta misma línea, el quinteto destaca el papel que jugaron personajes como Oscar “El Che” Molinari, que conformó una de las primeras tanguerías en Costa Rica: “El Tango Bar”; o bien, la representación de las academias de baile, como Fantasía de Tango, que introdujo propiamente el baile de tango en Costa Rica y que ha desencadenado una serie de academias e iniciativas en torno a este género, que siguen funcionando en la actualidad.
Promoción y difusión cultural. Para los músicos, uno de los aspectos a destacar de su proceso creativo e investigativo, es la puesta en valor de la memoria histórica musical del país. Es por ello que, a lo largo de más de dos décadas, han realizado una exhaustiva recopilación de partituras, textos, composiciones e incluso entrevistas, así como investigación y revisión de archivos históricos que les permiten ahondar cada vez más en la cultura del tango costarricense, como una expresión cultural completa.
En la actualidad, la agrupación cuenta con dos producciones musicales “Tangología Costarricense” y “Milonga Rurbana”, y tres libros publicados: “Tangos Costarricenses para voz y piano (Primera mitad del siglo XX)”; “Voces e intérpretes del tango en Costa Rica” y “Tango arrabal y modernidad en Costa Rica”.
Señalan que parte importante de sus hallazgos recaen en el tener acceso a personas o fuentes de consulta de informaciones valiosas que revelan detalles interesantes, como por ejemplo el papel de las mujeres compositoras y letristas de tango en Costa Rica, entre ellas: María Dolores Castegnaro, Blanca Luz Mora Torres y Martha Mirambell, a quienes destacaron en su más reciente libro “Tangos costarricenses para voz y piano”. “Esto nos permitió repensar la historia musical de nuestro país de una manera muchísimo más diversa, en donde el papel de la mujer compositora y de la mujer letrista fue fundamental”, enfatizó Mijaíl Mondol.
Respecto a esta faceta del ensamble, Fabrizio Barquero señaló que “todas estas producciones son un punto de referencia que nos ha permitido enriquecernos muchísimo como músicos, como profesionales, como personas. Nos han ayudado en el sentido de que cada concierto nuestro, es más que un concierto, podría decirse es una clase maestra o un resumen de la historia del tango. Siempre nos gusta sazonar nuestras interpretaciones, narrando y compartiendo la historia del tango rioplatense y del tango costarricense con nuestras audiencias, en cada uno de nuestros conciertos. Creo, sin duda, que ha sido fundamental para proyectar precisamente todo el desarrollo cultural del tango en Costa Rica”.
Los miembros de la agrupación reconocen que el camino no ha sido fácil, ya que han tenido que afrontar los retos de ser un ensamble cultural que no ha sucumbido a las demandas del mercado comercial, con las implicaciones que esta decisión conlleva; entre ellas, ser su propia fuente de financiamiento o bien, tomar decisiones estratégicas respecto a presentaciones o conciertos que sean los que contribuyan de una mejor manera para la continuidad de sus proyectos y su labor cultural como promotores de este género.
Recompensa al esfuerzo. Al consultarles respecto a sus impresiones al recibir la noticia del premio, los músicos aseguran que el galardón los llena de motivación para seguir indagando y aportando a la cultura costarricense, a través de sus proyectos y su música. Señalan que aún hay muchas informaciones por investigar, conocer y proyectar, lo que representa un aliciente para su labor y que esperan continuar haciendo esta gestión otros 25 años más o durante todo el tiempo que les sea posible.
Desde una perspectiva más analítica, Mijaíl Mondol, señaló que “el premio representa una motivación y responsabilidad, de seguir aprendiendo, aportando nuestro compromiso y comunicándonos con otras generaciones. De seguir pensando que este país no lo hacen las generaciones del siglo XXI, lo hacemos todos y todas, desde nuestros lugares y múltiples quehaceres, nuestras formas de percibir el mundo, la cultura y la música.
Incluso esa motivación se traslada a los planes que tiene el quinteto, entre los que se incluye continuar con la investigación y composición, como parte de sus labores constantes; así como las preparaciones para celebrar su 25 aniversario con un concierto especial, esto programado para septiembre 2023.
También manifestaron su interés por llevar su música y trabajo a otras latitudes y así volver a proyectarse internacionalmente; ya que la última vez que representaron al país en el exterior, fue en 2012, durante su participación en el Festival Sonidos de Eurasia, realizado en Rusia.
Señalan que, a raíz de este segundo disco y su más reciente libro, han estado realizando una serie de acciones y generando contactos para analizar la posibilidad de proyectar alguna gira internacional, muy probablemente como parte de sus proyectos para los años 2024 o 2025.
Fotografías: Quinteto Libertango
Producción | Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 103 / MAC / 12-05-2023