Mejoras en iluminación, gasificación y seguridad dan la bienvenida a los visitantes del Mercado Central de San José
San José, 24 de febrero de 2020. Un total de 150 lámparas nuevas que mejoran la visibilidad nocturna y diurna, así como las condiciones de seguridad de los visitantes e inquilinos, le dan la bienvenida al público que ingresa a las instalaciones del Mercado Central de San José.
Se trata de uno de los proyectos más importantes en iluminación interna y externa que se le han realizado al edificio cuya inversión fue de ₡31.150.000 colones. Gracias a las 60 lámparas LED que iluminan internamente y otras 90 que resaltan las fachadas del Mercado Central, quienes lo visiten contarán con mejores condiciones durante su estadía.
Según informó Roberto Campos, administrador del mercado, se mejoró también la condición de los baños: se cambió el piso, la pintura, los espejos y algunos inodoros. Además, se contrató un servicio de mantenimiento para la red mecánica de todo el edificio que está disponible para la atención de cualquier emergencia que puedan tener los inquilinos. La idea con todos estos proyectos es mejorar la condición del inmueble para beneficio tanto de sus visitantes, como de los inquilinos.
“El Mercado Central no solo es un centro de abasto que promueve la vitalidad de la capital, sino que, además, es un símbolo de la ciudad, por lo que la importancia de hacerle mejoras es fundamental para este gobierno local, ya que promueve el comercio y el turismo”, indicó el Alcalde de San José, Johnny Araya.
La Municipalidad josefina también instaló un sistema de gasificación con una inversión de ₡41.000.000. Consiste en la unificación del gas que se traslada a través de un entubado especializado a los 41 locales que cuentan con este mecanismo. De esta forma, se eliminó el uso de cilindros de gas que tanto riesgo generan y se cumple con la normativa del Cuerpo de Bomberos y del Ministerio de Salud.
Manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial
El Mercado Central fue fundado en 1880 y actualmente cuenta con 240 locales distribuidos en un complejo de callejones con tiendas, puestos y sodas de comidas tradicionales.
Según el decreto N.º 24367-C, de 1995, que reconoce su importancia como patrimonio, durante estos 140 años ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos, sociales y económicos de la ciudad capital.
La lectura histórica y arquitectónica del Mercado Central tiene dos etapas; una de finales del siglo pasado, de influencia neoclásica y otro de los años cuarenta con un estilo modernista.
“Es, por excelencia, el espacio que agrupa diferentes manifestaciones culturales asociadas al patrimonio cultural inmaterial, como los diferentes platillos de la cocina tradicional: la olla de carne, un arroz con pollo o un helado de sorbetera. También allí podemos encontrar diferentes medicinas tradicionales que son parte de los “remedios caseros” que hoy utilizamos en nuestras casas: manzanilla para desinflamar, la menta para el dolor de estómago y el romero por sus propiedades antiespasmódicas, entre otros muchos ejemplos”, amplió Javier Salazar, jefe de Educación y Divulgación del Centro de Patrimonio Cultural.
El edificio original, de influencia neoclásica y construido con ladrillos, fue afectado por un terremoto en 1888, por lo que demolieron el segundo piso. Posteriormente, en la década de 1940, la empresa de Adela Gargollo de Jiménez, reconstruyó la sección noreste en concreto armado y dos niveles.
Más allá de su infraestructura, este mercado es un espacio para la expresión y transmisión del patrimonio cultural inmaterial.
“En el Mercado Central están presentes de una manera viva y cotidiana una gran variedad de manifestaciones propias de la cultura popular y tradicional costarricense, entre ellas gastronomía y herbolaria tradicionales, artesanías, creencias, formas y maneras del trato verbal, así como aspectos intangibles propios de las relaciones en torno al comercio”, reconoce la declaratoria.
“Para los tradicionales pasitos, el mercado ofrece diversidad de figuras en yeso: patos, gallinas, chanchitos y ovejas con sus pastores. Pero, además, podemos adquirir imaginería propia de nuestras creencias religiosas, como el San Martín de Porras o la Virgen de los Ángeles. Y si se requieren artículos de cuero elaborados por nuestros talabarteros los podemos adquirir ahí: fajas, sandalias, billeteras o bolsos”, agregó Salazar.
Foto 1 y 2: La Municipalidad de San José instaló 60 lámparas LED a lo interno del mercado, más otras 90 en sus fachadas externas. Por Maricruz Gómez, periodista MSJ y Roberto Campos, administrador del mercado.
Foto 3: Los puestos de plantas medicinales contienen antiguos saberes de la medicina tradicional. Por: Centro de Patrimonio Cultural.
Producción: Municipalidad de San José. Adaptación: Centro de Patrimonio Cultural.
Reproducción - Oficina de Prensa y Comunicación - MCJ / Consecutivo 054 / ggu / 24-02-2020