Nueva generación de quijongueros revive legado cultural
- Quijongo fue declarado patrimonio cultural inmaterial de Costa Rica en 2021
- Ministerio de Cultura y Juventud ha contribuido en salvaguardia de este instrumento musical
San José, 10 de julio de 2024. Entre las grandes llanuras de Guanacaste, sus hermosas costas y montañas cargadas de folclor, resuenan las melodías del quijongo, un instrumento musical nacional que, lejos de su extinción, resurgió con una nueva generación de “quijongueros”, término que hace referencia a las personas con conocimiento de la técnica para interpretar su tradicional repertorio musical y su construcción.
La conmemoración del Bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica se convierte en una oportunidad para conocer, disfrutar, honrar, celebrar y promover la riqueza cultural de la provincia guanacasteca, donde las tradiciones y el patrimonio son reflejo de su historia e interculturalidad, como es el caso del quijongo.
Este instrumento musical se compone de una vara de aproximadamente dos metros de largo, obtenida del árbol conocido como guácimo ternerero, una cuerda que se extiende de extremo a extremo, un vibrador, un jícaro que funciona como resonador, un pañuelo, un pulsador y una caja de resonancia. El sonido se produce al golpear la cuerda con el pulsador, la vibración pasa de la cuerda al vibrador y sale por el resonador. Al abrir o cerrar la mano en el jícaro, se producen diferentes notas musicales que se perciben como un silbido. Su melodía es complemento en géneros autóctonos, como la conocida parrandera.
En 2018, el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Dirección de Gestión Sociocultural Cultural, publicó la “Guía para la Construcción y Ejecución del Quijongo Guanacasteco”, elaborada por Adriana Méndez González, antropóloga, investigadora, gestora cultural, oriunda de Bagaces, Guanacaste; y Karol Cabalceta Mejías, profesora de música y compositora, oriunda de Hojancha, Guanacaste. Según reporta esa investigación, el quijongo guanacasteco tiene dos posibles orígenes: una influencia africana debido a la llegada de personas esclavizadas durante las primeras conquistas del país o por personas indígenas de Costa Rica.
“Este instrumento es muestra del intercambio cultural que ha habido desde hace siglos en la provincia de Guanacaste. Si bien es cierto se cree que los conocimientos para construir estos instrumentos llegaron de África, la tradición es costarricense porque contempla la forma de construirlo y la selección de los materiales oriundos de Guanacaste, su repertorio tradicional, así como el significado y el papel que tiene en nuestra cultura; todo eso surgió en nuestro país y es lo que lo hace propio”, mencionó Méndez.
En los últimos años, Eulalio Guadamuz (qdDg), e Isidoro Guadamuz de la O, ambos galardonados con el Premio Nacional de Cultura Popular Tradicional 2014, y Felipe Quirós Quirós (qdDg); fueron reconocidos como los últimos maestros portadores de tradición dedicados a la transmisión de sus conocimientos para la construcción e interpretación del quijongo a las nuevas generaciones, con la esperanza de mantener viva la herencia de sus antepasados. Tras el fallecimiento de Eulalio Guadamuz y Felipe Quirós, la posibilidad de la extinción del quijongo guanacasteco se hacía latente. Sin embargo, el legado de estos quijongueros, junto con los esfuerzos de actores de la sociedad civil, instituciones públicas como el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Universidad Nacional (UNA) y la Universidad de Costa Rica, han contribuido para la salvaguardia del instrumento y la creación de una nueva generación de quijongueros.
Entre algunas de las acciones destaca la publicación de la guía didáctica, procesos de investigación, actividades guiadas por los maestros quijongueros, la incorporación del quijongo en los estudios afroguanacastecos en el proceso liderado por la UNA, capacitación para docentes de educación musical, el Primer Encuentro Nacional del Quijongo, conciertos didácticos, la declaratoria como patrimonio cultural inmaterial y la creación de talleres. Adicionalmente, se cuenta con la Comunidad Quijonguera, un grupo integrado por personas de todo el territorio nacional encargado de organizar actividades para difundir y sensibilizar sobre esta tradición.
Aproximadamente 100 niños, niñas, jóvenes, personas adultas y adultas mayores de Santa Cruz, Nicoya, Hojancha y Cañas, de la provincia de Guanacaste, y de Orotina, en Alajuela, participaron en los talleres para la ejecución y construcción del quijongo coordinados mediante la UNED, la UNA y el MCJ, los cuales permitieron sensibilizar y brindar un acercamiento al quijongo e impulsaron una nueva generación de quijongueros, que continúan con la tradición.
Estos espacios permitieron que personas de diferentes disciplinas artísticas se acercaran al instrumento, como fue el caso de Julio Borbón, liberiano y director de la agrupación "BOR BOR movimiento y más allá" y actualmente formador artístico del Taller Nacional de Danza del Ministerio de Cultura y Juventud. Borbón desarrolló la obra "Quijongo: sonoridades y movimiento", una muestra que recorrió diversas partes del territorio nacional e inclusive internacional, con gira en México. La propuesta escénica involucra la danza, el teatro y el ambiente sonoro -mediante el quijongo- para narrar la identidad de la provincia de Guanacaste y elementos que contribuyen a ella. Además, la muestra explora las posibles formas que dieron paso al origen del instrumento, mediante la convergencia de la cultura chorotega, africana y española.
Sumado a esto, la incorporación de la “Guía para la Construcción y Ejecución del Quijongo Guanacasteco” dentro de la enseñanza de educación musical en los centros educativos, ha permitido que las melodías de este instrumento viajen por las aulas y pasillos de escuelas y colegios de la provincia guanacasteca e inclusive se han conformado ensambles estudiantiles, los cuales han compuesto nuevas piezas, revitalizando la tradición.
Méndez señaló que algunas personas se han comprometido para recorrer un largo, pero valioso camino para convertirse en maestros del quijongo, término que se utiliza -desde el concepto de patrimonio- para personas que manejan con maestría una técnica, en este caso, la del quijongo; entre ellos resalta el nombre de Karol Cabalceta Mejías, Deiby Rojas Araya y Margarita Rodríguez Castillo; educadores musicales, quijongueros y portadores de la tradición, quienes realizan acciones para salvaguardar el quijongo desde diferentes espacios como procesos de investigación sobre los arcos musicales, talleres, conciertos didácticos y presentaciones culturales, eventos y este 2024 lanzaron el álbum “Quijongo Guanacasteco” que se realizó con el apoyo de la UNA, en el marco del 50 aniversario de la universidad. El disco incluye las piezas “Frijoles negros me hacen daño”, “Ya no sé ni qué hacer”, “Juanita y Pilar”, “Beatriz”, “La tanela”, “Agárrate que vas en pelo”, “Margarita y Karol”, “Piñonate” y “La Adriana”, obras del compositor y maestro quijonguero Isidoro Guadamuz de la O.
Por otra parte, Méndez reconoció que, en las décadas de los noventa, el quijongo era considerado como algo exótico, porque los músicos habían perdido el espacio de transmisión del instrumento a nuevos talentos y estaban cada uno en sus casas, por lo cual, no había forma para que se conociera, razón por la que se consideró que el trabajo más importante para la salvaguardia del patrimonio es la difusión.
“La difusión debe ser la primera etapa, luego sensibilizar y, a partir de ahí, se empiezan a tomar acciones. Creo que es gracias al trabajo que se ha venido realizando que la gente se ha ido apropiando del instrumento; lo han ido sintiendo como algo suyo, propio de sus tradiciones. Un buen ejemplo es que ahora se empiezan a ver afiches para el 25 de julio con imágenes del quijongo y los grupos de danza empiezan a buscar canciones para bailar y medios de comunicación hablan sobre el tema; todo eso va haciendo que la gente se vaya apropiando de un elemento identitario que siempre fue suyo, solo que no estaba a la vista”, añadió Méndez.
Quijongo con miras al futuro
La antropóloga expresó que el futuro para el quijongo es tener más espacios de transmisión de conocimientos. “En la Comunidad Quijonguera estamos conscientes de que cuando el patrimonio está vivo no está estático; por lo que queremos que la gente aprenda la técnica de construcción y la ejecución tradicional para que, desde ahí, puedan innovar. Todo en la cultura pasa por etapas de cambios y la idea es que ese cambio sea positivo, que le aporte a la tradición y que no se descontextualice el instrumento. Eso se puede hacer mientras siga habiendo espacios para dar talleres, para hacer conciertos didácticos en centros educativos o se sensibilice mediante los medios de comunicación; porque si deja de estar presente, lo vamos a olvidar”, señaló Méndez.
Además, reconoció que para que las tradiciones se mantengan en el tiempo, la población tiene que participar y vivirlas. “En este contexto del Bicentenario de la Anexión hay mucha añoranza por cosas del pasado, creo que se puede partir de ahí para crear nuevas tradiciones y ver hacia el futuro, respetando lo que somos, respetando nuestra memoria histórica, conociendo los aspectos que nos han formado como guanacastecos y como costarricenses y el quijongo es un buen ejemplo de eso, porque nos está contando una historia, pero también está mirando hacia el futuro con el cambio cultural y el hecho de que sea un patrimonio que pasó de estar en riesgo a estar vivo, muestra cómo la cultura va cambiando, pero también cómo podemos tomar ciertos elementos, darles significado y continuar”.
Puede conocer más sobre este instrumento en el documental: “El quijongo guanacasteco”, una producción audiovisual del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, en coordinación con la Dirección de Gestión Sociocultural, ambas instancias del MCJ. También puede visualizar la serie audiovisual “Las Raíces del Marango: La Tradición del Quijongo Guanacasteco", de la UNED.
Producción – Unidad de Comunicación - MCJ / Consecutivo 150 / NGT / 10-7-2024