Tradición nicoyana que supera los 475 años recibe Premio Nacional al Patrimonio Inmaterial
- Cofradía Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya, fue galardonada con el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2019
San José, 27 de mayo de 2020. Los 475 años ininterrumpidos de trayectoria y la vigencia de una tradición que se mantiene viva, a partir de la participación de la comunidad y el empoderamiento cultural, permitieron a la Cofradía Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya obtener el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2019.
Esta tradición, denominada Festividad de “Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe”, se caracteriza por reunir historias ancestrales, elementos culinarios representativos de la región nicoyana, así como una variedad de danzas y músicas; aspectos que, en su conjunto, caracterizan al patrimonio cultural inmaterial; declaratoria que posee desde 2014.
La organización de la festividad, a cargo de la Cofradía, se ubica en el cantón de Nicoya, en Guanacaste, y se conforma por varias personas de la comunidad, las cuales trabajan todo el año para conseguir fondos necesarios para la realización de las diferentes actividades que conforman esta tradición.
Para conocer los detalles de esta tradición, la Oficina de Prensa y Comunicación del Ministerio de Cultura y Juventud, conversó con Ruth Barrantes y Diego Fajardo, actuales mayordomos de la Cofradía; además, con el escritor costumbrista nicoyano, Carlos Arauz, quien brindó elementos del contexto histórico del surgimiento de esta tradición, y aportó datos sobre otras investigaciones relacionadas a estas actividades costumbristas guanacastecas.
¿Qué es la Festividad de Nuestra Señorita La Virgen de Guadalupe?
Esta tradición de origen chorotega, consiste en el conjunto de actividades culturales que se celebran cada año, desde el 1° de noviembre y se extienden hasta el 12 de diciembre, en honor a Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya.
Entre las actividades se pueden nombrar: la Pica de Leña, la Contadera de Días, la Procesión de la Pasada, la Atolada, y el Gran Día del Celebro. Estas actividades convocan entre 150 a 1000 personas por día, dependiendo de la fecha en que se realicen. Destaca, además, que la Cofradía posee una compleja estructura organizativa en la que las mujeres poseen un papel importante, al lado de diversos actores sociales.
La tradición ancestral comienza con la Contadera de Días, el 1° de noviembre, que, tal y como su nombre lo indica, consiste en la realización de un conteo, que, de acuerdo con mayordoma Ruth Barrantes, “según los estatutos de los indígenas, se realizan con granos de maíz de colores, como lo son el amarillo, blanco, como el rosado y morado”.
La segunda actividad es la Pica de Leña, cuyo objetivo principal es recolectar la leña que se necesita para los demás días de la festividad. Según Barrantes, este día comienza dándoles “desayuno y chicheme a los boyeros, y, en una finca que se encuentra al lado sur, empiezan a picar la leña. Después se hace el desfile de las carretas a través de la comunidad hasta volver a la Cofradía a guardar la leña”.
Posteriormente, se ofrece la Atolada, una actividad realizada el día 9 de diciembre el cual, según explica Barrantes, “es una festividad donde, el prioste (cofrade) responsable, hace el atol que se reparte a toda la comunidad, después del rezo de las cinco de la mañana”.
Después, se encuentran las Vísperas del Celebro, que se festeja el día 11 de diciembre, y en el que se realiza la Procesión de la Pasada, que consiste primeramente en el llamado de la Cofradía a la comunidad nicoyana para congregarse y dar inicio a la caminata que se realiza desde que se le hace entrega de la imagen al prioste responsable hasta la “Casa de la Virgen”, como también se le conoce a la Cofradía.
En este mismo día, durante la Procesión, se realiza la Danza de la Yegüita, la cual consiste en que una persona vestida con una enagua, confeccionada con un aro de bejuco que se cubre con una frazada, y que también tiene una cabeza de madera de caballo y una cola, va realizando bailes y reverencias a la Virgen al son de un tambor, pitos, carrizos de bambú y la música en general.
Por último, se encuentra el Día del Gran Celebro, que se realiza el 12 de diciembre, y en el que los habitantes de la comunidad son congregados con la intención de realizar la Misa Solemne, a cargo del Obispo y los sacerdotes participantes de la tradición. Durante esta actividad, los mayordomos presentan las ofrendas a la Virgen y, nuevamente, se ofrece la Danza de la Yegüita. Una vez terminada la misa, se realiza otra procesión por las calles de la comunidad, en donde se devuelve a la Virgen al templo.
A las seis de la tarde, ese mismo día, se realiza “La Elección”, en la que, únicamente por medio del voto femenino, escogen a los principales puestos de la nueva Cofradía: los mayordomos, priostes, entre otros cargos.
¿Cómo se originó esta festividad centenaria?
Esta tradición tuvo sus orígenes a mediados del siglo XVI, durante las festividades de los indígenas chorotegas; muchas de índole religioso. Precisamente, una de estas era la Fiesta del Sol, celebración que se realizaba para brindar tributo a los dioses.
Carlos Arauz, escritor costumbrista nicoyano, explica que eso ocurría debido a que “como pueblo mesoamericano, los chorotegas tenían muchas de las creencias de los pueblos que habitaron México, y sus principales dioses eran: El Sol, La Luna, El Viento y El Agua”.
De acuerdo a Arauz, Nicoya fue la ciudad precolombina que encontraron los españoles, cuando Gil González Dávila llegó en 1523, y que, en ese momento, la región era la capital de la nación Chorotega. Durante ese mismo período, fue cuando los conquistadores empezaron a realizar la conversión al catolicismo dentro de la región, aspecto que, en palabras del escritor, “no tuvo mucha resistencia, según comentan varios historiadores”.
Hacia 1529, cuando el cronista y conquistador español Gonzalo Fernández de Oviedo, en su paso por el pueblo nicoyano, presenció y escribió con lujo de detalle la Fiesta del Sol, “permitió demostrar de manera contundente que las prácticas religiosas chorotegas no sufrieron ningún menoscabo, a pesar que los registros enviados a la Corona reportaban que toda la población se había convertido al catolicismo”, recalcó Arauz.
Por lo que los españoles, al realizar nuevamente el proceso de conversión y ver resistencia por parte de los indígenas en el aspecto religioso, tuvieron la idea de recrear la aparición de la Virgen de Guadalupe que ocurrió en México, con la lógica de que ambos pueblos, al ser mesoamericanos, tendrían una reacción parecida.
“La Virgen de Guadalupe se apareció en el antiguo oratorio de adoración de la diosa Tonantzin, la deidad madre de la cultura mesoamericana. No se sabe con certeza cuándo pudo llegar esta devoción a Nicoya, pero siempre se estimó que, a finales de la conquista, en el año 1544, pudo llegar la tradición de la Virgen de Guadalupe”, destacó el escritor.
Evolución de la tradición
Al ser catolizada, la tradición cambió en el aspecto de que empezaron a realizar ceremonias religiosas, previo a las actividades que componen la festividad, las cuales eran iguales a las utilizadas durante la Fiesta del Sol, exceptuando el sacrificio humano que ofrecían a sus deidades. Pero conforme fue pasando el tiempo, más personas participaron en las festividades, dando como resultado una mayor organización en la preparación y una mayor cantidad de días para poder celebrar la tradición.
“En ese momento, ya era mucha gente la que estaba conformando este grupo de personas que conmemoraban las festividades, por lo que fue necesario que fueran varios días de celebración. Además, por la misma razón, hubo necesidad de buscar un lugar físico mucho más grande, en donde pernoctaban y celebraban las festividades”, explicó Arauz.
El experto mencionó que durante esta época se dio un sincretismo religioso, “donde se combinaron las creencias españolas y las indígenas para dar -como resultado- la más antigua tradición religiosa que tiene Costa Rica”.
¿Cómo se organiza la Cofradía?
La organización de la Cofradía de Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe se encuentra integrada por los mayordomos, los cofrades y los priostes.
Los mayordomos son una pareja de personas responsables, encargados de planear la manera en que van a conseguir los fondos para las festividades celebradas a finales de año. Estos son elegidos todos los años, el 12 de diciembre por medio de una votación en la que solo se ven implicadas cofrades mujeres mayores de 15 años de edad. La función de conseguir fondos radica en que todos los alimentos y actividades que se ofrecen a la comunidad, son gratuitos.
En el caso de Barrantes y su hijo, Diego Fajardo, también actual mayordomo de la organización, comentan que han realizado varias actividades con el fin de recaudar dichos fondos; entre ellas se encuentran: la rifa de una vaquilla, la realización de un chinamo durante las fiestas patronales, ventas de almuerzos y donaciones privadas de diferentes personas, más una contribución realizada por el gobierno municipal de la localidad.
Seguidamente, se encuentran los cofrades, que son personas que trabajan dentro de la misma Cofradía con tareas relacionadas a su organización, como la preparación de la comida para los días festivos, la decoración y preparación del lugar, entre otros aspectos.
Los priostes, de acuerdo con Fajardo, tienen la función de “ayudar a los mayordomos a buscar las reses que se va a utilizar en toda la celebración, para darle la comida al pueblo”; otra de las funciones de este rango es el buscar cacao para la confección de una bebida autóctona que se llama el Tiste.
Impacto del Premio Nacional al Patrimonio Inmaterial
Consultados los actuales mayordomos de la Cofradía sobre el valor del Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2019, para la Festividad Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya, comentaron:
En el caso de Ruth Barrantes, afirmó que la Cofradía ha luchado por años para obtener este galardón. “Para nosotros ese premio ha sido una bendición de Dios, porque eso nos ayudará para comprar un terreno que está a la par de la Cofradía; ya que la actual se nos hace muy pequeño”.
En el caso de Fajardo, expresa que “para nadie es un secreto que este tipo de galardón, lo que hace es precisamente esto: ser vitrina, no solamente para Nicoya, sino para la tradición. La gente se ha encargado de ver los esfuerzos de muchos años por mantener viva la costumbre, la tradición y, especialmente, por la virgen; son resultados en reconocimiento a una fuerte labor.”
La ceremonia para la entrega del galardón que obtuvo la Cofradía por su tradición, se programó para mayo del 2021, en donde premiarán a los ganadores tanto del 2019, como del 2020, esto, debido a la coyuntura que se vive actualmente por la pandemia del COVID-19. El reconocimiento económico para la Cofradía, se entregó en mayo 2020.
Fotografías: Cofradía Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe, Nicoya, Guanacaste.
Producción - Oficina de Prensa y Comunicación - MCJ / Consecutivo 167 / DMM / 27-05-2020