La moneda conmemorativa es de ¢500, es bimetálica y tiene un diámetro de 28 milímetros, por lo que es más pequeña que la actual. Tiene un espesor de 2,25 milímetros y pesa 10,5 gramos. Está compuesta de un núcleo plateado de cobre y níquel, y un anillo externo dorado de cobre, zinc y níquel, que conforman una sola pieza. Es fabricada con una aleación reciclable, y es fácilmente distinguible de las monedas actualmente en circulación.