Entre las grandes llanuras de Guanacaste, sus hermosas costas y montañas cargadas de folclor, resuenan las melodías del quijongo, un instrumento musical nacional que, lejos de su extinción, resurgió con una nueva generación de “quijongueros”, término que hace referencia a las personas con conocimiento de la técnica para interpretar su tradicional repertorio musical y su construcción.