La Filarmonía Municipal de Santa Cruz tiene una larga historia; una que se recuerda con cariño. Retretas en el parque, donde mozos y mozas se reunían después de la misa matutina. Ellos caminaban en una dirección, ellas en la contraria, para cruzar miradas y otros coqueteos amenizados con jotas, boleros, danzas, contradanzas, pasillos, y - ¿cómo no? - bulliciosas y alegres parranderas.